Los 2.711 militantes del PSOE en Cantabria están llamados hoy a las urnas para elegir entre la continuidad de Pablo Zuloaga, que aspira a su tercer mandato al frente del partido, y el cambio que propone Pedro Casares, el candidato que desafía su liderazgo con un respaldo creciente en los últimos meses. La votación, que se desarrolla en un clima de máxima tensión y con un escenario interno muy fragmentado, servirá para definir la dirección del socialismo cántabro en los próximos años.
Un partido dividido y unas fuerzas equilibradas
El resultado de las primarias se prevé muy ajustado, como ya ocurrió en octubre, cuando Susana Herrán, con el apoyo de Casares, se impuso por solo 29 votos a Zuloaga en la elección de delegados para el Congreso Federal del PSOE. Ese estrecho margen dejó en evidencia la división interna en la federación cántabra, una fractura que no solo persiste, sino que se ha intensificado en esta nueva contienda.
La presentación de candidaturas ya dejó entrever los apoyos con los que cuenta cada aspirante. Zuloaga se ha asegurado el respaldo de la mayoría de los alcaldes socialistas, con nueve de los trece regidores del partido sentados en las primeras filas de su acto de campaña. Entre sus bastiones se encuentran municipios clave como Torrelavega, Laredo, Reinosa y Santa Cruz de Bezana. Además, ha sumado a su causa a Julián Rozas, líder del PSOE en Comillas, que en octubre estuvo alineado con Casares.
Por su parte, el diputado nacional ha conseguido reforzar su candidatura con el respaldo de agrupaciones con mucho peso en las votaciones, como Santander, Camargo, El Astillero, Santoña y Los Corrales de Buelna. También ha logrado atraer a Javier Incera, secretario general en Colindres, una plaza en la que Zuloaga le había superado con claridad hace cuatro meses. Además, cuenta con el apoyo de Verónica Samperio en Piélagos, donde la participación en octubre fue especialmente baja, lo que deja margen para movilizar más votos.
Los referentes históricos y el papel de Ferraz
Otro factor a tener en cuenta es la influencia de las figuras históricas del PSOE cántabro. Casares ha logrado sumar a su candidatura a exdirigentes de peso como Eva Díaz Tezanos, Dolores Gorostiaga y Ángel Duque, todos ellos apartados del liderazgo del partido tras la victoria de Zuloaga en 2017. La reconciliación entre Casares y Díaz Tezanos, tras la convulsa salida de esta última, ha sido un movimiento clave en su estrategia para ganar apoyos.
Sin embargo, el actual secretario general no está solo en este ámbito. Zuloaga ha mantenido en su entorno a referentes como Rosa Inés García, Francisco Mañanes y Ángel Agudo, consolidando su vínculo con un sector relevante del socialismo cántabro.
Desde Ferraz han optado por una postura neutral, al menos públicamente. “El PSOE tiene un sistema democrático ejemplar para elegir a sus representantes. Que aprenda el PP”, apuntaron desde la dirección nacional del partido, evitando posicionarse oficialmente por ninguno de los candidatos. Aun así, el peso de la dirección federal no es un factor menor y su respaldo tácito podría inclinar la balanza en uno u otro sentido.
La participación, una variable determinante
Más allá de la pugna entre candidatos y el reparto de apoyos, la gran incógnita es cuántos militantes acudirán a votar. En octubre, la participación alcanzó un 74%, una cifra elevada para un proceso interno, pero difícil de repetir. En este sentido, preocupa el impacto que puedan tener factores externos, como los viajes del Imserso, dado que una parte importante del censo socialista en Cantabria corresponde a militantes de edad avanzada.
Con un cuerpo electoral tan reducido, cualquier variación en la participación puede resultar determinante, y el margen entre ambos candidatos, como ya se ha visto en otras ocasiones, podría ser muy estrecho.
El resultado se conocerá esta misma noche y marcará el rumbo del PSOE cántabro de cara a los próximos años. Independientemente de quién se imponga, el desafío será reconstruir la unidad en un partido claramente fracturado y preparar el terreno para el Congreso del 16 de marzo, cuando el nuevo secretario general será proclamado oficialmente con la presencia de Pedro Sánchez en Santander.