Las forenses del Instituto de Medicina Legal de Cantabria han concluido que José Reñones, acusado del asesinato de su hija de once meses y su pareja en Liaño, no presenta ninguna alteración mental grave y conserva su juicio de realidad, sin afectación en sus capacidades cognitivas o volitivas. Durante la cuarta sesión del juicio con jurado, explicaron que el acusado mostró frialdad al hablar de los hechos y evidenció rasgos de personalidad como narcisismo y falta de empatía, aunque sin indicios de trastorno psiquiátrico.
El informe de imputabilidad, basado en una entrevista con el acusado y diversos antecedentes médicos, señala que Reñones era consumidor habitual de alcohol y drogas, pero no seguía tratamiento toxicológico. En su declaración, negó en todo momento su implicación en las muertes y argumentó que su pareja tenía deudas por drogas y que pudo haber sido atacada por otras personas.
Por otro lado, las forenses que realizaron las autopsias de las víctimas describieron la agresión como «brutal» y con «gran violencia». Eva sufrió seis puñaladas en el tórax y abdomen con un arma monocortante que no ha sido localizada. Además, presentaba hematomas y signos de defensa, lo que indica que intentó resistirse al ataque. La niña falleció por asfixia tras recibir una puñalada.
Las conclusiones médicas refuerzan la acusación contra Reñones, quien se enfrenta a una posible condena de prisión permanente revisable y otros 26 años de cárcel.
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