El Gobierno de Pedro Sánchez ha defendido este domingo el nombramiento de Marc Murtra como nuevo presidente de Telefónica, sucediendo a José María Álvarez-Pallete al frente de la multinacional. La vicepresidenta primera y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, ha subrayado que este cambio en la presidencia de la empresa “ya tocaba” y ha destacado el perfil de Murtra como un “buen gestor” con una gestión exitosa en Indra, donde su liderazgo impulsó la revalorización de las acciones de la compañía. Montero también ha felicitado públicamente a Álvarez-Pallete por su gestión al frente de Telefónica.
En su intervención, Montero enfatizó la relevancia de contar con empresas tecnológicas fuertes en España, con capacidad para competir en mercados globales. «Es muy importante que España cuente con una empresa tecnológica con capacidad de competir en un mercado fuerte», señaló, subrayando que esa fue una de las razones por las que el Gobierno decidió reforzar la participación de Telefónica cuando era aún pública, antes de ser privatizada en los años del Partido Popular bajo la presidencia de José María Aznar.
Por otro lado, el Partido Popular ha reaccionado con dureza al nombramiento, acusando al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, de llevar a cabo una «invasión colonizadora» de la empresa. Carmen Fúnez, vicesecretaria de Organización del PP, ha asegurado que el cambio de liderazgo en Telefónica es parte de un intento de controlar la empresa para ponerla al servicio de los intereses del Gobierno y del Partido Socialista. “Lo de Telefónica es la invasión de una empresa privada para ponerla al servicio de los intereses del Gobierno y de su presidente”, declaró Fúnez, quien también criticó el hecho de que el nuevo presidente de Telefónica sea una elección “propuesta por Sánchez” y no por los órganos internos de la compañía. Fúnez señaló que este movimiento tiene un coste de 2.300 millones para los españoles y acusó al Gobierno de estar interveniendo las grandes empresas del país.
El relevo al frente de Telefónica se produjo después de que la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI), entidad pública que posee un 10% de las acciones de Telefónica, activara el proceso de cambio en la presidencia de la compañía. Este paso generó preocupación dentro del Partido Popular, que ve en el proceso un intento de control político sobre una de las mayores empresas del país.
Por su parte, la ministra Montero defendió la intervención del Gobierno en la gestión de la empresa tecnológica y subrayó que Telefónica es una compañía estratégica para España, tanto en términos de economía como de innovación. «Desde el momento en que Telefónica era pública, el Gobierno ha tenido un interés en velar por su fortaleza y competitividad», afirmó, aludiendo a las decisiones de política económica y empresarial que marcaron el rumbo de la compañía.
En cuanto a la situación de Indra, donde Marc Murtra ha desempeñado hasta ahora su papel como presidente, la ministra Montero adelantó que el consejo de administración de la empresa se reunirá en la tarde del domingo para abordar el nombramiento de su nuevo líder. En este sentido, Montero subrayó que también en Indra se están barajando nombres de «reconocido prestigio» para reemplazar a Murtra y garantizar el buen rumbo de la empresa.
El cambio en Telefónica ha generado un intenso debate político. Mientras el Gobierno insiste en que la renovación era necesaria y que el perfil de Murtra aporta estabilidad y competencia, el PP califica el relevo como un acto de control y politización de una de las empresas más importantes del sector tecnológico español. La polémica parece estar lejos de resolverse, y se espera que continúe siendo un tema de discusión a medida que se clarifiquen los detalles de la transición y el futuro rumbo de la compañía.