Un total de cincuenta personas han perdido la vida al naufragar un cayuco que partió el 2 de enero desde Mauritania con destino a las Islas Canarias. La tragedia ha sido alertada por la ONG española Caminando Fronteras, que ha detallado que 44 de las víctimas eran emigrantes pakistaníes. Según su portavoz, Helena Maleno, el naufragio ocurrió después de una angustiosa travesía de 13 días sin recibir rescate.
El cayuco había partido con al menos 86 ocupantes, aunque las cifras exactas no se han confirmado, y entre los pasajeros había un mínimo de tres mujeres, entre ellas una adolescente que sobrevivió. La tragedia se produjo en aguas del Atlántico, y el rescate de los supervivientes fue realizado por Marruecos, ya que el servicio español de Salvamento Marítimo no intervino. En total, 66 de los 86 ocupantes eran paquistaníes, según los primeros datos recabados por la ONG.
Las autoridades españolas llevan tiempo advirtiendo sobre el aumento de emigrantes provenientes de países como Pakistán, Afganistán, Siria y Bangladesh que arriesgan sus vidas en la peligrosa Ruta Canaria, viajando mayoritariamente en cayucos que zarpan desde Mauritania. Este suceso pone de manifiesto el creciente peligro en esta ruta, utilizada por personas que antes intentaban llegar a Europa por el Mediterráneo o los Balcanes.
El presidente de Canarias, Fernando Clavijo, ha expresado su pesar por la tragedia en su cuenta oficial de X, y ha urgido al Gobierno central y a la Unión Europea (UE) a tomar medidas frente a la crisis migratoria. Clavijo ha denunciado que no se puede ser «solo testigos» de la situación y ha instado a que el Atlántico no siga siendo «el cementerio de África», subrayando que la respuesta institucional es fundamental para evitar más muertes.