El expresidente de la Generalitat de Cataluña, Carles Puigdemont, ha dado un paso firme en la confrontación política con el Gobierno al registrar este lunes en el Congreso una iniciativa parlamentaria que pide al presidente Pedro Sánchez que se someta a una cuestión de confianza. La proposición, que se debatirá en los próximos meses, busca presionar al Ejecutivo para que demuestre que sigue contando con el apoyo necesario en el Parlamento.
En rueda de prensa desde Bruselas, Puigdemont calificó al presidente como «no fiable» y subrayó que el balance del primer año del acuerdo entre Junts y el PSOE ha sido insatisfactorio. «Sánchez no ha hecho lo suficiente para merecer nuestra confianza», afirmó, haciendo alusión a la falta de avances en los compromisos adquiridos en el pacto de investidura. La moción, según el artículo 112 de la Constitución, debe ser presentada por el presidente del Gobierno, quien necesita una mayoría simple para superarla. Si no lo logra, deberá dimitir.
El debate sobre la cuestión de confianza no se llevará a cabo antes de febrero, lo que deja un margen para que las negociaciones entre los distintos actores políticos continúen. Desde Junts, también se destacó que este proceso se originó por la «falta de voluntad política» de Sánchez para cumplir los acuerdos en su totalidad y de manera ágil, lo que ha generado una creciente desconfianza en el Ejecutivo.
Por su parte, el Gobierno ha descartado la propuesta, afirmando que no es necesaria y asegurando que seguirá trabajando con los grupos parlamentarios para cumplir los acuerdos. Fuentes del Ejecutivo destacan que el presidente Sánchez cuenta con el apoyo de una amplia mayoría en el Congreso y que la moción de confianza es una potestad que corresponde exclusivamente al Gobierno.
El debate se extiende también al seno de sus propios socios de gobierno. Desde Podemos, su secretario de Organización, Pablo Fernández, apoyó la moción de confianza, acusando al PSOE de «incumplir sistemáticamente sus acuerdos». La crítica se une a las de otros partidos como ERC, que, aunque no se suman formalmente a la moción, también expresan su malestar por la gestión del Gobierno. En el otro lado, el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, calificó el Gobierno de Sánchez como un «error» y advirtió que la legislatura solo puede avanzar mediante más cesiones al separatismo o su fin anticipado.
Así, la cuestión de confianza planteada por Junts se ha convertido en el nuevo frente de tensión en la política española, con implicaciones para los próximos meses, en los que se discutirán no solo los presupuestos, sino el rumbo mismo de la legislatura.














