El temporal de viento que azota Cantabria ha dejado un balance de 232 llamadas al Centro de Emergencias 112 y 83 incidencias gestionadas durante el fin de semana, especialmente en una jornada dominical que ha puesto a prueba la respuesta de los equipos de emergencia. Desde las 7:00 hasta las 19:00 horas de hoy, se han recibido 188 llamadas relacionadas con el viento y se han atendido 61 incidencias, reflejo de una meteorología que no ha dado tregua.
Obstáculos en las vías y cortes de suministro eléctrico
Las principales afectaciones han tenido que ver con argayos, árboles caídos y desprendimientos en fachadas, que han complicado tanto la movilidad como la seguridad en varias localidades. Una mujer resultó herida leve al caerle encima una mampara de una terraza en un bar de Santander, un incidente que ilustra la fuerza de los vientos registrados.
Por la mañana, un árbol caído interrumpió temporalmente la circulación ferroviaria en el paso a nivel de La Molina, en Valdáliga. La rápida intervención de los bomberos del parque de Valdáliga, la Guardia Civil y técnicos de FEVE permitió restablecer el tráfico con agilidad.
En el ámbito energético, el temporal dejó sin luz a poblaciones como Anievas, Arenas de Iguña y Valdáliga. Aunque el suministro eléctrico ha sido restaurado en la mayoría de los casos, en Birruezas (Valdáliga) fue necesario instalar grupos electrógenos temporales para atender a unos 40 vecinos mientras se solventa la avería.
Incendios y alerta activa
El viento también provocó un pequeño incendio de vegetación en Cosío (Rionansa), originado por chispazos en una torre de alta tensión. Gracias a la intervención de los bomberos, el fuego fue sofocado antes de que pudiera extenderse.
Las incidencias se han extendido a numerosos municipios, entre ellos Camargo, Torrelavega, Santa Cruz de Bezana, Santoña y Reinosa, reflejando la amplitud de los daños.
De cara a mañana, la AEMET mantiene los avisos amarillos por rachas de viento de hasta 100 km/h en zonas altas como Liébana, Cantabria del Ebro y el Valle de Villaverde, así como en áreas de la zona centro. La prudencia seguirá siendo clave mientras la región continúa lidiando con los efectos de esta adversidad climática.













