El pleno extraordinario del Ayuntamiento de Santander, celebrado este miércoles, terminó en tensión tras el abandono en bloque de todos los partidos de la oposición –PSOE, Vox, PRC e IU– como protesta ante lo que calificaron como una “imposición” del equipo de Gobierno del PP. La polémica se centró en la aprobación, en solitario por parte del PP, de un aumento salarial para sus cinco auxiliares administrativas, medida que la oposición denunció como una decisión tomada de manera “opaca” y “sin consenso”.
El portavoz del PSOE, Daniel Fernández, señaló que el incremento retributivo, presentado sin justificar su urgencia, constituye una “cacicada” que rompe los acuerdos iniciales sobre el personal eventual. Fernández explicó que, en lugar de cubrir un sexto puesto de auxiliar administrativo aprobado al inicio de la legislatura, el PP decidió incrementar los sueldos de sus actuales auxiliares en un 30%, alcanzando los 36.000 euros anuales, frente a los 24.000 euros que perciben los auxiliares del resto de los grupos.
Reacciones de la oposición y respuesta del PP
Desde Vox, su portavoz Laura Velasco criticó el «intento de beneficiar exclusivamente a los auxiliares del PP», calificando el procedimiento como discriminatorio y señalando que esta medida supone una diferencia salarial de más de 10.000 euros respecto a los auxiliares de otros partidos. Felipe Piña, portavoz del PRC, consideró el movimiento una “falta de compañerismo” que contradice los discursos del PP sobre austeridad, mientras que el edil de IU, Keruin Martínez, lamentó que la decisión rompiera los acuerdos de personal consensuados al inicio de la legislatura.
En su defensa, la alcaldesa de Santander, Gema Igual, justificó el incremento salarial alegando una mayor carga de trabajo y disponibilidad para las auxiliares administrativas del PP, que trabajarán cinco horas más semanales. Igual lamentó que la oposición haya abandonado el pleno, acusándoles de «falta de valentía» y calificando su comportamiento como «indigno». A pesar de las críticas, el PP aprobó la medida en solitario, marcando un episodio de tensión que, según la oposición, rompe con la tradición de diálogo en la corporación municipal.