Una de las primeras decisiones adoptadas por la presidenta de Cantabria, María José Sáenz de Buruaga, tras asumir su cargo fue incrementar su salario y el de sus consejeros en casi un 7%. Inicialmente, se propuso una subida del 20%, pero la propuesta fue descartada debido a las críticas generadas y a la presión social y política. Para 2025, el presupuesto de la comunidad contempla un nuevo aumento del 2,5%, cifra similar a la que se aplicará en otras comunidades como Galicia, Navarra, Castilla-La Mancha y La Rioja.
En el caso cántabro, el salario anual de la presidenta, fijado en 70.083,09 euros para 2024, pasará a 71.484,75 euros el próximo año. Este ajuste sigue la línea marcada por los incrementos aprobados para los empleados públicos, que consisten en un 2% fijo y un 0,5% adicional sujeto a la evolución de los precios. Al igual que Sáenz de Buruaga, otros líderes autonómicos, como Alfonso Rueda en Galicia y María Chivite en Navarra, también aplicarán este incremento del 2,5% en sus respectivas regiones. En contraposición, comunidades como Madrid, Canarias y Baleares han optado por mantener congelados los salarios de sus presidentes para 2025.
Mientras tanto, presidentes como Isabel Díaz Ayuso en Madrid, pese a no subir su retribución personal, contemplan incrementos salariales para otros cargos de sus gobiernos. Por otra parte, en Andalucía, Juanma Moreno ya actualizó su salario en 2024, estableciéndolo en 89.275 euros anuales. En cuanto al resto de líderes autonómicos, Salvador Illa, presidente de Cataluña, sigue siendo el mandatario con mayor salario, percibiendo 136.177,5 euros al año. Sin embargo, en algunas comunidades, los presupuestos para 2025 aún no se han cerrado o no especifican si se incluirán aumentos salariales para sus dirigentes, dejando abierta la posibilidad de nuevas modificaciones.