La Consejería de Desarrollo Rural, Ganadería, Pesca y Alimentación del Gobierno de Cantabria ha vacunado ya a 5.000 ovejas en solo diez días para hacer frente a la aparición del serotipo 3 de la lengua azul, una enfermedad vírica que afecta especialmente al ganado ovino. Así lo ha anunciado la titular del área, María Jesús Susinos, que ha puesto en valor la “celeridad ejemplar” del sector ganadero ante la campaña de inmunización puesta en marcha de forma urgente.
La respuesta “ágil y eficaz” de los ganaderos, en colaboración con el Colegio Oficial de Veterinarios de Cantabria y las organizaciones del sector ovino, ha permitido una rápida activación del protocolo sanitario. La consejera ha subrayado que esta actuación ha sido posible gracias a la “planificación conjunta y la voluntad de actuar con rapidez” para proteger al conjunto de la cabaña ganadera cántabra.
El Gobierno regional ha distribuido de forma gratuita las vacunas necesarias, lo que ha facilitado una respuesta inmediata ante este brote. Además, Susinos ha recordado que todos los ganaderos que aún no han vacunado a sus animales pueden hacerlo, ya que el Ejecutivo dispone de dosis suficientes para cubrir el censo ovino de toda la Comunidad Autónoma.
La responsable autonómica también ha querido agradecer la implicación de los veterinarios y técnicos que están desarrollando las tareas de control, prevención y seguimiento. Según ha explicado, la campaña se está realizando conforme a los protocolos sanitarios establecidos, lo que está permitiendo elevar el nivel de protección de los rebaños.
Por otra parte, Susinos ha hecho un llamamiento a la vacunación voluntaria del ganado bovino frente a los serotipos 4 y 8 del virus. Aunque el Ministerio ha eliminado la obligatoriedad de inmunizar este año, la consejera ha advertido de que bajar la guardia puede ser un error. “No compartimos el criterio del Gobierno central de relajar las medidas, especialmente cuando estamos viendo nuevos brotes”, ha señalado.
Además, ha pedido a las comunidades autónomas con focos activos que refuercen los controles de movimiento de animales para evitar que la enfermedad se extienda a regiones libres de la misma, como Cantabria.
Finalmente, ha insistido en la importancia de que los ganaderos apliquen medidas estrictas de bioseguridad en sus explotaciones: desinfección de instalaciones, desinsectación regular, control de transporte y vigilancia en los movimientos de animales son, a su juicio, claves para mantener la sanidad animal en la región.
“El esfuerzo conjunto está dando resultados, pero no podemos relajarnos”, ha zanjado Susinos.













