El Gobierno de Cantabria ha confirmado la aparición de tres focos de lengua azul bovina del serotipo 3 en explotaciones ganaderas de Suesa (Ribamontán al Mar), El Astillero y Hermosa (Medio Cudeyo). Los servicios veterinarios de la Consejería de Desarrollo Rural han sido los encargados de detectar los primeros síntomas en los animales afectados, entre los que se incluyen fiebre elevada, úlceras y alteraciones en las mucosas, propios de esta enfermedad.
La consejera del área, María Jesús Susinos, ha explicado que el año pasado los animales de la región fueron vacunados de forma obligatoria contra el serotipo 4, mientras que, de manera voluntaria, también se les ofreció la vacuna contra el serotipo 8. Sin embargo, en 2025, el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación ha flexibilizado las normativas de vacunación, convirtiéndola en voluntaria. Este cambio ha provocado una caída en la tasa de vacunación, que ahora se sitúa en el 40%, según ha señalado Susinos.
La consejera ha apuntado que esta «relajación» en las medidas sanitarias, sumada a las altas temperaturas del verano, favorece la propagación de enfermedades emergentes como la lengua azul, transmitida por los mosquitos. Además, ha destacado que el serotipo 3, aunque afecta principalmente a ganado ovino y caprino, está comenzando a expandirse lentamente por todo el país, y ya ha llegado a Cantabria.
En vista de la situación, Susinos ha lanzado un llamamiento urgente a los ganaderos cántabros para que vacunen a sus animales contra los serotipos 4 y 8, cuyo coste será asumido por la Consejería. “Todavía hay tiempo para vacunar a los animales, es fundamental que no esperen más”, ha insistido la titular de Desarrollo Rural.
Respecto al serotipo 3, Susinos ha confirmado que su departamento está trabajando en la adquisición de la vacuna para ponerla a disposición de los ganaderos de manera gratuita, y ha recordado que estos pueden adquirirla de forma inmediata en el mercado. Además, la Consejería facilitará toda la información necesaria, incluidos los puntos de venta y las pautas para la correcta aplicación de la vacuna.
Dado que este serotipo afecta especialmente a los rebaños de ovino y caprino, con una mayor morbilidad y mortalidad que en el caso del ganado bovino, la consejera ha instado a los ganaderos a tomar medidas estrictas de bioseguridad. Estas incluyen la desinfección y desinsectación de las explotaciones ganaderas, el control de los movimientos pecuarios y el refuerzo de las medidas de higiene tanto en las granjas como en los transportes de animales.
“No podemos relajarnos; las enfermedades emergentes, como la lengua azul, se propagan rápidamente y de forma impredecible, favorecidas por los vectores que proliferan con el calor. Es crucial que implementemos medidas de bioseguridad rigurosas para evitar más brotes”, ha señalado Susinos, quien ha elogiado el sistema de vigilancia activa de la Consejería y la colaboración con los veterinarios clínicos para detectar casos a tiempo y poder aplicar medidas preventivas.
Por último, Susinos ha criticado la decisión del Ministerio de Agricultura de hacer voluntaria la vacunación para los serotipos 4 y 8 en 2025, cuando el año pasado había sido obligatoria. Según ha expresado, esta «relajación» de las medidas preventivas ha permitido que los focos de la enfermedad comiencen a aparecer nuevamente. En este contexto, la consejera ha hecho un llamado a las comunidades autónomas con focos activos para que tomen medidas de control sobre el movimiento de animales, con el objetivo de frenar la propagación de la enfermedad a otras regiones que aún están libres de ella.














