El Boletín Oficial de Cantabria (BOC) ha publicado una orden de la Consejería de Desarrollo Rural, Ganadería, Pesca y Alimentación que regula la habilitación de veterinarios para realizar acciones de prevención, lucha y control en relación con enfermedades animales transmisibles a otros animales o a los seres humanos, especialmente enfermedades emergentes como la Enfermedad Hemorrágica Epizoótica (EHE). La orden se aplica a animales de producción, veterinarios autorizados, agrupaciones de defensa sanitaria ganadera y titulares o responsables de explotaciones ganaderas.
Las medidas establecidas incluyen la declaración oficial de la sospecha y confirmación de la enfermedad, bioprotección, establecimiento de zonas restringidas, restricción de movimientos de animales y productos, vacunación o tratamientos veterinarios, planes de emergencia, encuestas epidemiológicas, toma de muestras, análisis laboratoriales, aislamiento y cuarentena de animales, matanza y eliminación de animales contaminados, y destrucción, procesamiento o tratamiento de productos y sustancias contaminadas.
Los titulares de explotaciones ganaderas deben garantizar la aplicación de ciertas medidas en un plazo máximo de 7 días naturales desde el inicio de la enfermedad. En caso de detectarse una enfermedad emergente, la Dirección General de Ganadería adoptará medidas para controlarla o luchar contra ella y podrá establecer ayudas para compensar los costes de las actuaciones necesarias.
La autorización de veterinarios se extiende a actividades vinculadas a la campaña de saneamiento ganadero en la explotación solicitante y medidas de lucha y control en esa misma explotación frente a enfermedades autorizadas por la Dirección General de Ganadería.
El consejero de Ganadería, Pablo Palencia, destaca la importancia de estas medidas para mitigar los efectos negativos de las enfermedades animales en la cabaña ganadera de Cantabria. Subraya el compromiso del Gobierno de Cantabria con la sanidad de la cabaña ganadera y la necesidad de adoptar medidas para minimizar el riesgo sanitario y combatir las enfermedades cuando surgen. Advierte sobre las amenazas epizoóticas que enfrenta la cabaña ganadera española y las consecuencias negativas para la economía rural.