Las últimas investigaciones arqueológicas en la cueva de La Garma han permitido documentar “con gran detalle” una cabaña que se construyó hace 16800 años y que se trata de una de las viviendas paleolíticas mejor conservadas de todo el mundo.
El catedrático de Prehistoria de la Universidad de Cantabria, Pablo Arias, y el director del Museo de Prehistoria y Arqueología de Cantabria, Roberto Ontañón, ambos al frente del proyecto de investigación, han presentado esta mañana los resultados de estos trabajos en el Museo Arqueológico Nacional, acompañados por la directora de la Fundación Palarq, Carolina Bähr Vollenweider; la directora del Museo Arqueológico Nacional, Isabel Izquierdo, y los investigadores del proyecto, Rodrigo Portero y Carlos García-Noriega
La Garma es un excepcional conjunto arqueológico, incluido en la Lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO, en el que, desde su descubrimiento en 1995, se desarrolla un ambicioso proyecto de investigación, financiado ininterrumpidamente por el Gobierno de Cantabria y que en 2021 recibió el Premio Nacional de Arqueología y Paleontología Fundación Palarq.
Precisamente con el apoyo de esta Fundación se han desarrollado estos últimos trabajos, que han permitido documentar esta vivienda, que ocupa un espacio oval de unos 5 metros cuadrados, delimitado por una alineación de bloques de piedra y estalagmitas que fijaban al suelo una estructura de palos y pieles apoyada contra una cornisa de la pared de la cueva.
En el centro de la cabaña había una pequeña hoguera, alrededor de la cual se ha encontrado multitud de vestigios de las actividades cotidianas del grupo de cazadores y recolectores magdalenienses que la habitó: fabricación de instrumentos de piedra, asta y hueso, procesado de las piezas de caza, trabajo de las pieles, etc
Además, se han documentado 4614 objetos, en su mayor parte huesos de ciervos, caballos y bisontes, pero también 600 piezas de sílex, azagayas, agujas y un protoarpón, así como conchas de moluscos marinos.
A esta serie de restos de fauna o instrumentos ligados a la subsistencia, se suman huesos decorados, entre ellos, una espectacular falange de uro perforada, con una representación grabada de ese mismo animal y de una cara humana, pieza única en el Paleolítico europeo, y varios colgantes de los moradores de la vivienda que llevaban como adorno.
Según han explicado Arias y Ontañón, está previsto que una reproducción de esta estructura se instale próximamente en la instalación zona expositiva del Centro de Arte Rupestre, que ha puesto en marcha Gobierno de Cantabria en la localidad de Puente Viesgo, y el próximo 15 de febrero ambos presentarán los resultados de este proyecto en una conferencia que se celebrará en el Museo Arqueológico Nacional
La documentación de este hábitat del Magdaleniense medio ha requerido dos años de trabajo continuo de un equipo interdisciplinar dirigido por Arias y Ontañón, en el que se ha utilizado una innovadora metodología basada en la aplicación de técnica no invasiva, y que ha contado con la participación de investigadores del Instituto de Investigaciones Prehistóricas de Cantabria, y la colaboración investigadores de la Universidad de la Rochelle, la Universidad de York, la de Toulousse, la Universidad de Salamanca, la de Oxford y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas.
La Garma, todo el pasado de la región cantábrica en esta ‘cápsula del tiempo prehistórica’
El proyecto de investigación que Arias y Ontañón dirigen desde 1996 en la cueva de La Garma recibió en 2021 el Premio Nacional de Arqueología y Paleontología Fundación Palarq por considerar que alberga un yacimiento único en el mundo para documentar los modos de vida, el ritual y simbolismo de los grupos del Paleolítico, en su galería inferior, y una de la secuencias culturales más amplias y completas de la prehistoria europea, con un gran conjunto de arte rupestre, incluido en la Lista de Patrimonio Mundial de la UNESCO, y una de las colecciones de arte mobiliar paleolítico más relevantes del mundo.
En La Garma se documentan las más antiguas evidencias de presencia humana del Cantábrico, ocupaciones de todas las etapas del Paleolítico superior, excelentes pinturas y grabados de esta última época, dos concheros y una sepultura del Mesolítico, estructuras funerarias del Calcolítico y la Edad del Bronce, un castro de inicios de la Edad de Hierro, y tumbas y otros testimonios del periodo visigodo y la alta Edad Media. Una larga y completa secuencia arqueológica que se encuentra en muy pocos lugares del mundo.
La entrada original a la cueva quedó cegada por un derrumbe durante la última glaciación, lo que la ha convertido en una auténtica ‘cápsula del tiempo’ prehistórica, donde sin necesidad de realizar excavaciones se pueden observar los restos de actividades de los cazadores prehistóricos, tal y como los dejaron sus últimos habitantes hace unos 16700 años.
Por ello, la Galería Inferior de La Garma es uno de los yacimientos más relevantes del Paleolítico mundial y probablemente el más prometedor de los que se están documentando en la actualidad.