La emoción de la llegada de los Reyes Magos inundó Cantabria, donde miles de personas desafiaron el fuerte viento para disfrutar de las cabalgatas. En Santander, las rachas obligaron a modificar la comitiva, cancelando dos pasacalles, pero la ilusión de niños y familias se mantuvo intacta. El desfile, que comenzó en Gamazo y culminó en la plaza del Ayuntamiento, contó con carrozas temáticas de Disney, Gerónimo Stilton y un Belén Viviente, además de los Reyes Magos, quienes saludaron desde el balcón a los asistentes con mensajes de esperanza y alegría.
Torrelavega y Santillana del Mar también tuvieron que adaptarse al clima. En Torrelavega, se cancelaron los pasacalles con antorchas, pero los Reyes recorrieron las principales calles, incluyendo su tradicional parada en el Castillo de Herodes. Por su parte, en Santillana del Mar, el viento casi impidió el encendido de antorchas y braseros, pero finalmente la magia prevaleció, permitiendo a los vecinos y visitantes disfrutar de esta emblemática cabalgata, acompañada del Auto Sacramental y escenas bíblicas que destacaron por su realismo.
En Unquera, los Reyes Magos llegaron con retraso debido a una avería en el tren que debía trasladarlos. Finalmente, un autobús solucionó el contratiempo y sus Majestades lograron realizar su recorrido, aunque el Belén Viviente fue trasladado a una carpa del Paseo Marítimo. Mientras tanto, Suances ofreció una llegada por mar, con los Reyes desembarcando en el puerto y recorriendo el municipio, mientras que Camargo optó por recibirlos en el aeropuerto Seve Ballesteros antes de su desfile hacia la plaza de la Constitución.
Otros municipios, como El Astillero, Guarnizo, Puente Viesgo y San Vicente de la Barquera, ofrecieron sus propias versiones de la cabalgata. En Puente Viesgo, el desfile destacó por sus escenas bíblicas, mientras que en San Vicente los Reyes llegaron en un pesquero, recorriendo las calles hasta el Belén Viviente. Cada localidad imprimió su sello a esta tradición, adaptándose a las circunstancias climáticas para no defraudar las expectativas de los más pequeños.
Desde Castro Urdiales hasta Reinosa y Liébana, Cantabria vivió una noche mágica. A pesar del viento, los contratiempos y el frío, las cabalgatas mantuvieron viva la esencia de esta festividad, demostrando que la ilusión por la llegada de los Reyes Magos puede superar cualquier obstáculo, dejando recuerdos inolvidables en todas las localidades de la región.
La nota de tristeza la pusieron las cabalgatas de Tanos, Sierrapando y Ganzo que este año no se celebraron por los excesivos tramites burocráticos.