SEO/BirdLife ha advertido sobre los peligros de la ‘basuraleza’ marina y ha denunciado el impacto que esta contaminación tiene sobre las aves en las costas de Cantabria, Vizcaya y Tarragona. La organización ha señalado que no es raro encontrar gaviotas, cormoranes y alcatraces atrapados en sedales, cuerdas o plásticos, ya sea por ingesta o enredos accidentales. Estas especies se ven particularmente afectadas por la creciente presencia de desechos en su hábitat natural, lo que pone en riesgo su supervivencia.
En el marco del proyecto Life SeaBil, SEO/BirdLife ha lanzado este verano una nueva campaña de sensibilización en diversas playas, con el objetivo de crear conciencia sobre la gravedad de la contaminación marina. Una de las actividades principales se ha desarrollado en la playa de Trengandín, situada en el Parque Natural de las Marismas de Santoña, Victoria y Joyel, en Cantabria. Durante varios días, los visitantes han podido observar una instalación que comparaba dos ecosistemas de playa: uno limpio y otro lleno de residuos como trozos de plástico, colillas y tapones de botella.
La organización ha recordado que los plásticos pueden tardar siglos en descomponerse por completo, fragmentándose en pequeños trozos conocidos como microplásticos, que eventualmente se transforman en nanopartículas. Estos fragmentos invisibles representan un gran peligro, ya que pueden ingresar en la cadena alimentaria y afectar tanto a la fauna marina como a los seres humanos.