Varios colectivos sociales han expresado su rechazo a la reanudación del proyecto del teleférico ‘Mirador del Pas’, anunciado la semana pasada por el Gobierno de María José Sáenz de Buruaga. El proyecto, inicialmente propuesto en 2015 durante el mandato de Ignacio Diego, ha duplicado su coste previsto a casi 30 millones de euros, en comparación con los 14,9 millones originales que iban a ser financiados en su totalidad por la empresa concesionaria sin costo alguno para las arcas públicas. En el proyecto original, el Gobierno de Cantabria esperaba recibir unos ingresos anuales de 200.000 euros a través de Cantur.
Denuncias Sobre el Nuevo Modelo de Financiación
Los colectivos critican que el nuevo modelo de “colaboración público-privada”, similar al de las telecabinas de Cabárceno, incluye un canon «ridículo». Además, Cantur garantiza a los empresarios el ingreso de los billetes de 120.000 usuarios durante 15 años, independientemente de la asistencia real, lo que supone un constante trasvase de dinero público hacia los empresarios, en lugar de generar beneficios para la comunidad.
Impacto Ambiental y Social
Los grupos sociales advierten que el proyecto del teleférico es contrario a un desarrollo verde y sostenible y no se ajusta a la realidad climática del entorno. Según ellos, el proyecto pretende multiplicar por diez la afluencia a una zona frágil y de poblamiento disperso, promoviendo un turismo masivo que degrada el patrimonio natural y cultural de la Vega de Pas.
En lugar de esta masificación, la zona necesita suministros básicos, servicios públicos, agricultura ecológica, y la puesta en valor de la ganadería local. Los colectivos también critican que la leche de los pastos cantábricos se comercialice mezclada con la industrial y cuestionan la oposición de los promotores del teleférico a la declaración de los valles como reserva de la biosfera.
Movilización Ciudadana
En respuesta al proyecto, decenas de vecinos del valle y otros grupos comarcales se reunieron el pasado domingo para conocer la historia de la estación de Yera y los barracones cercanos, y alertar sobre el proyecto gubernamental que consideran una amenaza para el valle. Durante el recorrido, desplegaron pancartas con el lema “Contra el modelo turístico impuesto: Cantabria para vivir” y llamaron a participar en la manifestación del próximo domingo 28 de julio en Puente San Miguel.
Diegu San Gabriel, coportavoz de Cantabria No Se Vende, uno de los colectivos que promueven la movilización, señaló que el proyecto del teleférico refleja la falta de ideas del Gobierno para ofrecer un modelo de desarrollo sostenible a la población cántabra. Según San Gabriel, la expansión de la turistificación por el territorio agrava problemas como la precariedad del empleo, la saturación de los servicios públicos y la degradación de los lugares y comunidades de Cantabria.