El Gobierno de Cantabria ha iniciado el pasado 27 de marzo las obras de reforma del convento de las clarisas, ubicado en la calle Alta, frente a la sede del Parlamento, que contarán con un presupuesto de 1,8 millones de euros y un plazo de ejecución de 12 meses.
Así lo ha anunciado la consejera de Presidencia, Justicia, Seguridad y Simplificación Administrativa, Isabel Urrutia, durante la visita realizada al inmueble, destacando el cumplimiento del compromiso asumido por el Ejecutivo regional para comenzar las obras en el primer trimestre de 2024.
Un proyecto, ha recordado, que el actual Gobierno «ha desatascado en siete meses», tras dos intentos fallidos del anterior Ejecutivo para licitar las obras de reforma del convento de las clarisas.
En términos económicos, ha indicado que el presupuesto de 1,8 millones incluye 1.768.114 euros correspondientes a la obra y casi 55.000 euros de la dirección facultativa. Además, ha precisado que la adjudicación de estos contratos representa un ahorro de casi 300.000 euros con respecto al presupuesto inicial.
Declarado Bien de Interés Cultural (BIC) desde 1985, la consejera ha comentado que una vez restaurado el edificio, «el Gobierno de Cantabria va a liderar el futuro de este centro, con una dotación destinada a actividades culturales y sociales». Una medida, ha apuntado, que va a permitir recuperar esta zona de Santander y dar cobertura a diversas necesidades organizativas y formativas del Parlamento.
También se ha referido a la existencia de una partida en los presupuestos de este año para acometer un concurso de ideas que dote de contenido el futuro edificio de las clarisas tras su rehabilitación.
Tres fases
El proyecto de reforma del convento de las clarisas se estructura en tres fases. La primera de ellas, con una duración prevista de alrededor de cuatro meses, abarca las actuaciones correspondientes a la iglesia, torre de la iglesia y cuerpos bajos.
La segunda fase, también con un período aproximado de cuatro meses, engloba la demolición de los edificios anejos al convento. La última fase prevé una duración de alrededor de seis meses, aunque dos meses se pueden solapar con la fase anterior para optimizar el cimbrado y estabilización ejecutada en la demolición de los edificios anejos. Esta tercera fase incluye la actuación en el inmueble del convento, finalizando con el acondicionamiento de la parcela exterior.
Foto: Lara Revilla