Miguel Ángel Revilla volvió a convertirse este fin de semana en uno de los protagonistas de la Feria del Libro de Madrid. Fiel a su costumbre, el expresidente de Cantabria y escritor no solo dedicó tiempo a firmar ejemplares de sus obras, sino que también conversó con lectores y atendió a los medios que se acercaron a su caseta en el Parque del Retiro.
Uno de los temas que inevitablemente salió a relucir fue el proceso judicial abierto por el rey emérito Juan Carlos I, al que Revilla se refirió con su característico tono irónico: “Sigo esperando la demanda. Bajo todos los días al buzón a ver si llega la carta… pero nada. Ya van 24 o 25 días y no aparece por ningún lado”, bromeó entre risas, restando dramatismo a la situación.
Más allá del asunto legal, Revilla quiso centrarse en el respaldo que, asegura, sigue recibiendo de la ciudadanía: “En momentos así, sentir tanto afecto por parte de la gente me reafirma. Me da fuerzas para seguir defendiendo lo que considero justo. Hay muchas personas que me muestran su apoyo, y eso es lo que de verdad reconforta”, declaró.
En un tono más íntimo, el expresidente también habló sobre lo que considera su mayor legado: no el material, sino el personal. “No me preocupa dejarles una fortuna a mis hijas. Lo que quiero es que puedan decir con orgullo que son hijas de un hombre íntegro. Que cuando alguien escuche su apellido, les ofrezca un abrazo. Eso es lo más valioso que puedo darles”, reflexionó.
Revilla, que sigue combinando su faceta de escritor con una fuerte presencia pública, volvió a mostrarse cercano, locuaz y arropado por un público que, en la Feria del Libro, volvió a demostrarle su afecto.