Torrelavega vivió una tarde intensa de balonmano en el Vicente Trueba, donde el Bathco BM Torrelavega logró imponerse por la mínima (29-28) al Helvetia Anaitasuna en el último compromiso como local de la temporada. En un duelo vibrante de principio a fin, los de Rubén Garabaya se aferraron al empuje final para sumar dos puntos que les permiten cerrar la jornada con 39 puntos, igualando en la clasificación a Bidasoa Irún. La cita, además, tuvo un componente emocional añadido: la despedida de Guilherme Linhares ante su afición.
El choque arrancó con mucho ritmo y alternativas en ambas áreas, pero fue el cuadro naranja el que tomó la iniciativa gracias a su solidez defensiva y la buena actuación de su primera línea. Linhares, protagonista en su despedida, firmó dos goles en los compases iniciales que sirvieron para abrir brecha. Con un Rubiño muy inspirado en la transición y la portería de Calle respondiendo en momentos clave, los locales alcanzaron el descanso con ventaja (16-13), tras una primera mitad en la que supieron imponer su intensidad.
Tras la reanudación, los navarros reaccionaron con fuerza y consiguieron empatar el encuentro, aprovechando algunas imprecisiones de los cántabros y la expulsión directa de Marcio Silva. Pese al empuje visitante, el Bathco no perdió la cara al partido. Leo Tercariol sostuvo al equipo con intervenciones decisivas y, en los minutos finales, Nicolai Colunga rompió la igualdad con dos tantos de gran calidad que fueron claves para sellar el triunfo.
La grada del Trueba empujó hasta el final y celebró un resultado que mantiene vivas las aspiraciones del equipo en una recta final de liga muy ajustada. El 29-28 definitivo premia el esfuerzo de un grupo que no dejó de creer y cierra su temporada en casa con una victoria de peso, en una tarde de emociones, goles y despedidas.