Los apicultores de España, Francia y Portugal alzaron ayer su voz en las calles de Madrid, París y Lisboa contra la importación masiva de miel fraudulenta, que inunda los supermercados europeos y pone en jaque la supervivencia del sector. En la capital española, la COAG (Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos) convocó una protesta frente a la sede de la Comisión Europea en el Paseo de la Castellana, donde una docena de apicultores cántabros, convocados por UGAM-COAG, se sumaron a la movilización.
Miles de toneladas de miel auténtica se acumulan en los almacenes de los productores europeos, mientras el mercado es dominado por miel sintética fabricada a partir de hidrólisis de almidón de cereales en países como China y Ucrania. Esta miel adulterada se introduce en Europa con orígenes camuflados y se vende a precios irrisorios, por debajo de los costes de producción, ahogando económicamente a los apicultores.
Bajo el lema «Apicultores y apicultoras europeas contra el fraude. Los jarabes fabricados no son miel», el sector reclama medidas urgentes para detener esta crisis:
- Técnicas analíticas validadas para detectar el fraude.
- Mayor control en fronteras y creación de un laboratorio de referencia europeo de la miel.
- Acciones inmediatas de la UE y el Gobierno español para prohibir la ultrafiltración.
El problema no es nuevo. En marzo de 2024, un informe de la Comisión Europea, realizado en colaboración con la OLAF (Oficina Europea de Lucha contra el Fraude), reveló que el 46% de las muestras de miel analizadas en Europa eran fraudulentas. En España, la cifra se disparó hasta el 51%, con un 85% de las empresas importadoras afectadas por este fraude.
Pedro Loscertales, responsable del sector apícola de COAG, advirtió que «la UE y el Gobierno español deben actuar de inmediato, reforzando los controles y prohibiendo la ultrafiltración», ya que lo que está en juego no es solo la supervivencia del sector, sino la polinización de cultivos y la biodiversidad.